Al ver cada día a la gente, no percibo más que falta de educación, de moral, robos, secuestros, peleas callejeras, entre otros. Un panorama que ya forma parte del paisaje. Resulta que todo esto se produce culpa nuestra, por falta de interés, resignados a retrotraernos a la cultura del no te metas. Hemos acusado a muchos para explicar lo que en realidad está en nosotros. Pero no hay chivos expiatorios esta vez, ya que independientemente de la gestión del Estado, la educación que recibimos es mala.
El 2007 nos encuentra frente a un escenario político particular. Si bien muchos jóvenes no han vivido las Malvinas, o el terrorismo de Estado, la mayoría sufrió las malas administraciones que llevaron a la revolución organizada por manos negras de 2001. La sociedad argentina, poderoso gigante dormido, tiene una gran oportunidad en las próximas elecciones.
Existen muchos candidatos, y si se le suma la falta de interés y la educación magra y condicionada, el problema se torna más complejo. Pero el voto a conciencia es el arma que nosotros, los ciudadanos, tenemos. No podemos dejar de votar, y tampoco ser seducidos por propuestas mentirosas y engañosas.
Es visible que gran parte del electorado está decepcionado con la clase dirigente, por cuenta de feroces baches por las calles, la falta de atención a los barrios pobres, la salud pública o la corrupción. No obstante, debe hacer valer su derecho, su pronunciación
más valiosa en el sistema. Hay muchos que defienden el voto en blanco, o la impugnación, con los que justifican infantilmente a los candidatos que tanto aborrecen. O peor aún: el voto irracional. “Votaré a Lilita porque es de mi provincia”, “Con Menem antes me compraba de todo”, o sea, argumentos patéticos que sólo podrían ser comprendidos si vinieran del cúmulo de causas antes expuestas. Ojalá el lector reflexione acerca de la trascendencia que conlleva el acto eleccionario.
Por Mi (jejejeje)
El 2007 nos encuentra frente a un escenario político particular. Si bien muchos jóvenes no han vivido las Malvinas, o el terrorismo de Estado, la mayoría sufrió las malas administraciones que llevaron a la revolución organizada por manos negras de 2001. La sociedad argentina, poderoso gigante dormido, tiene una gran oportunidad en las próximas elecciones.
Existen muchos candidatos, y si se le suma la falta de interés y la educación magra y condicionada, el problema se torna más complejo. Pero el voto a conciencia es el arma que nosotros, los ciudadanos, tenemos. No podemos dejar de votar, y tampoco ser seducidos por propuestas mentirosas y engañosas.
Es visible que gran parte del electorado está decepcionado con la clase dirigente, por cuenta de feroces baches por las calles, la falta de atención a los barrios pobres, la salud pública o la corrupción. No obstante, debe hacer valer su derecho, su pronunciación
más valiosa en el sistema. Hay muchos que defienden el voto en blanco, o la impugnación, con los que justifican infantilmente a los candidatos que tanto aborrecen. O peor aún: el voto irracional. “Votaré a Lilita porque es de mi provincia”, “Con Menem antes me compraba de todo”, o sea, argumentos patéticos que sólo podrían ser comprendidos si vinieran del cúmulo de causas antes expuestas. Ojalá el lector reflexione acerca de la trascendencia que conlleva el acto eleccionario.
Por Mi (jejejeje)
1 comentario:
Consciencia de voto.Entendimento eleitoral.Sabedoria de escolha.Educacao,estudo,interesse...etc,etc e tal.FALTA TUDO ISSO,Y MAS EN NUESTRO PAIS. Muito bom o seu comentario,gostei.
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