lunes, 7 de mayo de 2007

No te quejés y dale gracias!

Una de las cosas que Dios me está mostrando en estos últimos dos meses, aparte de decirme que tengo que predicar, es que tengo muchas de las cosas que nos pasan, sean buenas o malas, son necesarias para nuestras vidas. Ayer les escribí a todos un mail con un breve texto que saqué de una Biblia devocional, que justamente habla de este tema. Aquí se los dejo...

Gracias en todo
Por Hilda de Lafitte (Argentina)

Hace algunos días escuché por radio una frase que me dejó pensando: "hoy doy gracias por lo que ayer renegaba". Luego meditándola, asentí en mi interior que era verdad. Analizando esas palabras, retrocedí la película de mi vida y me di cuenta de que muchos momentos vividos trajeron preocupación, dolor y lágrimas. Pero al mirarlos hoy, desde este presente, debo levantar mi mirada al Señor para expresar: "¡Gracias, Dios, por todas las cosas vividas! En aquellos momentos, por no entender tus planes, renegué de ellas y hasta discutí contigo. Pero hoy caigo en cuenta de que no hubiese aprendido a valorar muchas cosas de no haber sufrido la falta de ellas"
Nunca podría valorar el tener una familia, si antes no la hubiera añorado
Nunca podría haber aprendido a organizar el dinero, si antes no hubiera padecido escasez
Nunca podría haber aprendido a perdonar, si alguien no me hubiera ofendido
Nunca podría haber aprendido a consolar, si antes no hubiera necesitado ser consolada
Nunca podría haber aprendido a confiar en la fidelidad de Dios, de no haber vivido la desesperación de buscar y volcar toda mi confianza en Él.
Querida/o amiga/o y hermana/o: Si hoy reniegas por cosas que pasan en tu vida, levanta tu mirada y tu corazón al Señor y agradécele. Dios te está enseñando lecciones profundas.

Hay cosas que nos pasan a través de las cuales Dios quiere enseñarnos algo. Nos hace vivir ciertas situaciones para que después nosotros podamos ayudar a aquellos que las padecen también. Nos pone en determinados lugares, con determinado tipo de personas, por más molesto que nos pueda resultar. Tal vez nos hace compartir el mismo lugar con una persona a la que le tenemos rencor y nunca pudimos perdonar. Pero en esa situación Dios quiso sanar heridas. Tal vez hace que suframos una pérdida material, pero ahí nos quiso enseñar que Él es suficiente cuando falta todo lo demás. Una vez una compañera de escuela de vida nos contaba que había perdido el tren por no haber poder subido a causa de la cantidad de gente que había. Se había enojado mucho por los empujones y pisadas de la gente, también por el hecho de que peder el tren significaba llegar tarde. Enojada le preguntaba a Dios por qué le sucedió eso, si Él sabía que estaba llegando tarde. Cuando llegó el otro tren, se enteró que el anterior, o sea, el que ella había perdido, había descarrilado en el camino dejando algunos heridos.
No sabemos cómo Dios actúa y muchas veces no entendemos los por qué, y hasta nos quejamos delante del Señor, pero una vez que todo pasó y rebobinamos, nos damos cuenta de que hoy no estaríamos disfrutando de muchas bendiciones si no fuera por que Dios permitió que pasemos por situaciones determinadas. Sino, pregúntenle a Mimi, que si no se hubiera dado ese golpe en la cabeza que la dejó semi inconsciente por un rato, nunca hubiera entendido realmente que nuestro papá celestial está en control de todas las cosas!
Si hoy te está pasando algo que no entendés, que sentís que no lo merecés o que por ser hijo de Dios no te tendría que estar pasando, acordate... siempre hay una buena razón, la voluntad de Dios es AGRADABLE Y PERFECTA. Pedile que te ayude a ver más allá y no te quejes tanto...dale gracias! Bendiciones! :o)

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